Bancos
Banca o sistema bancario ce el conjunto de ilistituL Ione. que permiten el desarrollo de todas aquellas transacciones entre personas, empresas y organizaciones que impliquen el uso de dinero. Dentro del sistema bancario podemos distinguir entre banca pública y banca privada que, a su vez, puede ser comercial, industrial o de negocios y mixta. La banca privada comercial se ocupa sobre todo de facilitar créditos a individuos privados. La industrial o de negocios invierte sus activos en empresas industriales, adquiriéndolas y dirigiéndolas. La banca privada mixta combina ambos tipos de actividades.
En el siglo xix fueron muy comunes los bancos industriales, aunque han ido perdiendo fuerza a lo largo del siglo xx y xxi en favor de la banca mixta. Dentro de la banca pública debemos destacar, en primer lugar, el banco emisor o banco central (Banco de España), que tiene el monopolio de emisión de dinero y suele pertenecer al Estado. El negocio básico de un banco es universal: guardar fondos ajenos en forma de depósitos y a cambio remunerara los depositantes mediante el pago de un interés. Luego, toman todos los depósitos recibidos y prestan dinero a otras personas a cambio del pago de un interés más elevado que el concedido a los depositantes.
La diferencia entre estos dos tipos de interés —el denomi-nado diferencial— suele ser la principal fuente de ingresos de los bancos. Los bancos privados comerciales existen para ofrecer a los consumidores un surtido de productos que constituyen algunas de las principales y más básicas herramientas financieras personales de los consumidores. En el pasado los servicios y las condiciones ofrecidas por los bancos no eran muy diferentes de banco a banco. Actualmente, los consumidores más expertos comparan condiciones —tanto a nivel local como online—, ya que los todos los bancos ofrecen diferentes intereses y remuneraciones a los distintos tipos de ahorro.
No todos los bancos comercializan la misma gansa de productos, mientras que otros, aunque pueden tener en cartera un servicio en particular, no intentan hacer un gran negocio en este campo y, por tanto, cotizan el servicio a un precio que no es especialmente atractivo para la mayoría de los consumidores.
Cuentas de ahorro
Cuando era niño una cuenta de ahorros fue probablemente —aparte de la hucha— su primer contacto con las finanzas personales reales. Probablemente vino acompañada de una pequeña cartilla en la que el cajero del banco anotaba los exiguos depósitos que usted ingresaba.
Papa y mamá, o tal vez sus abuelos, abrieron a su nombre una cuenta de ahorros e in-gresaron en ella unos cuantos euros, y es probable que aprovecharan la oportunidad para hablarle del interés compuesto, tensa que en aquella época despertaba en usted tanta emoción consolas coles de Bruselas. Las cuentas de ahorro son las cuentas bancarias más básicas: un lugar donde aparcar el dinero y obtener un interés a cambio. Los saldos míni-mos de cuenta suelen ser bajos, y los tipos de interés son igualmente bajos, casi siempre los más bajos de entre todos los productos de ahorro. Sin embargo, las cuentas están garantizadas y, por tanto, son «seguras» (véase cuadro de texto).
Las cuentas de ahorro en sus diversas formas son el lugar donde se acostumbra a aparcar el dinero que se espera necesitar relativamente pronto —por ejemplo, para la adquisición de una vivienda— o en caso de que no se pueda arriesgar la pérdida de cantidad alguna de dinero. Aparte de la cuenta de ahorros básica con libreta —un tanto pasada de moda pero que aún se usa— existen otros tipos de cuentas de ahorro como los certificados de depósito y las cuentas de mercado monetario, de las que trataremos a continuación. Los mejores tipos de interés suelen en-contrarse en la banca online.