Introducción
Una desintoxicación de marcas En el Reino Unido hay un grupo anticonsumista llamado Enough (Suficiente). Sus partidarios creen que como sociedad consumimos demasiadas cosas y que nuestra cultura super consumista es en parte responsable de muchas de las lacras sociales que asolan nuestro planeta, desde la pobreza en el mundo a la destrucción medioambiental y la marginación social. Enough insta a la gente a preguntarse:
«¿Cuánto es suficiente?», «¿cómo podríamos vivir de forma más liviana, y con menos?» y «¿cómo podemos depender menos de comprar cosas para sentirnos bien con nosotros mismos?».
No podría estar más de acuerdo. Es verdad que soy un vendedor profesional, pero también soy un consumidor. Como alguien que ha estado en la primera línea de las guerras de marcas durante más de veinte años, he pasado infinidad de horas en reuniones a puerta cerrada con consejeros delegados, directivos de publicidad y expertos de marketing de algunas de las principales empresas a escala mundial.
Así que he visto y a veces me ha molestado notablemente el despliegue de trucos psicológicos y ardides que las empresas y sus astutos vendedores y publicistas han urdido para explotar nuestros miedos, sueños y deseos más arraigados, todo para convencernos de que compremos sus marcas y productos.
Sí, he formado parte de ello. No, no siempre me siento orgulloso de eso. He participado en algunas campañas de las que estoy muy orgulloso. Pero también he visto hasta dónde puede llegar el marketing.
Es el motivo por el que, más o menos cuando empecé a escribir este libro en el que espero retomar el hilo donde lo dejó el clásico de 1957 de Vance Packard, The Hidden Persuaders (Los persuasores ocultos), y exponer los secretos mejor guardados acerca de cómo las empresas actuales y sus vendedores nos manipulan, decidí que, como consumidor, ya había tenido suficiente.