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Hayley long soy chica

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Ser una chica es fantástico Y ser una adolescente es aún más fantástico. 

Por una razón: todavía no eres una adulta de pies a cabeza, y eso es bueno. Signifi ca que nadie en su sano juicio puede esperar que actúes con sensatez durante horas. Pero, al mismo tiempo, tampoco eres una niña. Y eso también es bueno. Porque nadie en su sano juicio puede esperar que te pongas un poncho de color turquesa que tu abuela te tejió a mano con todo el cariño del mundo. Y cuando eres una adolescente, tienes mucho tiempo para hacer lo que realmente quieras. Como dormir y charlar y escuchar música a toda pastilla y dormir e ir de compras y llevar ropa guay y dormir y charlar y reírte de lo lindo hasta que te den punzadas en la barriga, y dormir y soñar y ser un poco caprichosa. Y cuando eres una adolescente, no tienes que preocuparte por las cosas aburridas. Como encontrar trabajo y pagar facturas. A fi n de cuentas, estás en una situación única y especial. ¡Qué felicidad!

Así pues, ¿por qué malgastar tu precioso tiempo de adolescente leyendo este libro? 

¿No deberías limitarte a vivir tu sueño adolescente? La respuesta es sí y no. Vive tu sueño, por supuesto. Pero dedica un par de horas a leer este libro. Es bastante probable que saques algo útil de él. Porque incluso a pesar de que solo por tu edad ya pases a ser una de las jóvenes brillantes de la Tierra, ser una adolescente no son todo risas. De hecho, a veces puede ser una locura y desconcertante y muy muy raro. Y de vez en cuando, es un dolor de cabeza. Pero eso probablemente ya lo sepas. En esos días de dolores de cabeza, quizá desearías haber nacido chico. Pero si crees que ellos lo tienen fácil, párate a refl exionar sobre estas tres cosas: 

1. El olor de tu habitación. Seguro que huele bien, ¿verdad? Ahora piensa en el cuarto de tu hermano.1 Nada que añadir. 

2. El cuerpo de los chicos es extraño. No soy grosera, soy realista. No sirve de nada negarlo: el pene es un aparato peculiar. Tiene su utilidad, claro. De hecho, puede hacer cosas maravillosas. Pero, sinceramente, ¿de verdad te gustaría tener uno? No. A mí tampoco.

3. Algunos chicos se obsesionan tanto con el pene que pasan por una fase en la que físicamente no pueden evitar dibujarlos porque sí en las sillas del cole. Y en los pupitres. Y en las paredes. Y en el tique del autobús. Si fueras un chico, quizá agarrarías un rotulador sudoroso y decorarías con frenesí tu mundo con pitos…

¿Sigues deseando ser un chico? 

Si la respuesta es sí, por favor, no te asustes, no serás la primera y seguro que tampoco la última. Estas cosas pasan. Eso es porque el género es algo que se nos impone, nos guste o no. Un poco como un regalo de cumpleaños cutre. O ese poncho tejido a mano. Hablaré sobre el género un poco más adelante. Si la respuesta no es sí, sino 

Ay, Dios, NO … 

Entonces bienvenida a la sororidad, amiga. Ser una chica es algo digno de celebrar. Signifi ca que eres joven y fascinante 

y estás llena de posibilidades. Y, sí, claro que hay momentos chungos de dolores de cabeza. Y otras chungueces varias. Pero no lo olvides: No deberías pasar ninguno de estos asquerosos apuros sola.

Porque existe algo que todas las chicas tendemos a hacer bastante bien: compartir sentimientos. Y eso es muy útil, ya que signifi ca que alguna chica en algún lugar (ya sea tu mejor amiga o tu empática hermana o la tía en la que puedes confi ar o quizá una mujer cualquiera que haya escrito una carta en una revista) sabrá exactamente cómo te sientes y estará encantada de poder compartir su experiencia contigo. Eso hará que ese momento chungo parezca menos asqueroso y más normal. Pero solo en el caso de que sigas pensando que NADIE te comprende y que estás completamente sola: ¡No es verdad! Me tienes a mí, y te hablo a través de este libro. 

Pero ¿quién narices soy yo? 

Escribo cosas para adolescentes, y mi misión es guiarte a través de uno de los momentos más duros y contarte todo lo que sé sobre ser una chica. Y algo sé del tema, porque: 1. Yo he sido una. 2. Ahora soy una mujer,2 que es lo mismo que ser una chica, solo que mayor. 3. Y también soy escritora, así como profe de inglés, desde hace años. Y eso signifi ca que he charlado con adolescentes sobre todos los temas del mundo. ¡Es lo que tienen los libros! Están llenos de detalles deliciosos que sacan a la luz debates fascinantes. Las obras de Shakespeare son las mejores. Porque sus temas favoritos vienen a ser estos:

SEXO, MUERTE & MENTIRAS.

Por cierto, ¿sabes qué edad tenía Julieta cuando se escapó en secreto para casarse con Romeo? Trece. 

 ¡Trece! 

Así que si alguna vez oyes a alguien quejarse de lo mal que está la juventud hoy en día, ignóralo en silencio. Se equivoca. Y, por favor, atrévete a usar a Romeo y a Julieta como prueba. 4. También he hablado con unos cuantos chicos. Eso significa que tengo información desde dentro. Puedo contarte algunas cosas que piensan ellos. Y ¿sabes qué? He borrado pitos dibujados a boli de más de una silla. Y testículos peludos también. También prometo no hablarte como si llevaras pañales: te diré las cosas directamente. Pero antes de seguir avanzando, te permitiré acceder a un secreto personal. Yo fui una adolescente pésima. 

PÉSIMA. 

O eso creía. Y si pudiera retroceder en el tiempo y decirle a mi yo de trece años que un día recibiría el importante encargo de escribir este libro, me reiría a más no poder en mi propia cara de carroza y diría:

Y este hecho tan triste fue absolutamente verdad. Por eso creía que era una adolescente pésima. Pero qué equivocada estaba. 

La verdad

Lo que vas a leer ahora puede que sea la frase más importante que haya escrito en mi vida.

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