ideas millonarias
INTRODUCCIÓN
Cuando conté las ideas que quería compartir, el número resultante fue 44. Ese no es cualquier número. Tengo dos fechas de nacimiento; una, la fecha oficial que aparece en mi documento de identidad o cédula de ciudadanía y, la segunda, el momento en que me reinventé y volví a nacer; el momento en que llega a mi vida la Programación Neurolingüística, conocida como PNL.
Ya intuyes la edad que tenía cuando eso ocurrió: 44 años, sí, el mismo número de las estrategias que aquí comparto contigo para transformar tu vida.
Ya intuyes la edad que tenía cuando eso ocurrió: 44 años, sí, el mismo número de las estrategias que aquí comparto contigo para transformar tu vida.
Me gusta ser práctico. No solo te expondré las ideas, sino que te mostraré cómo ellas pueden aterrizar en tu cuenta bancaria y en una existencia más feliz, bien a través de mejores relaciones con los demás, como contigo mismo.
Ha habido múltiples ideas millonarias que han desembocado en la creación de productos, negocios y eventos: los seminarios de inversiones por Internet, las giras de conferencias por toda América Latina, los best sellers escritos, las metodologías de trading en el mercado Forex, la clonación en Internet por medio de productos online, y más recientemente, los eventos de programación neurolingüística han sido absolutamente taquilleros.
Ni qué decir del canal de YouTube, ahora convertido en uno de los principales canales del mundo en educación financiera por número de suscriptores. También las sesiones con socios VIP, que nos acompañan a través de Internet desde los más variados rincones del mundo o incluso de manera presencial.
Sin embargo, en cada uno de esos productos, negocios y eventos, subyace la más millonaria de todas las ideas que he tenido en mi vida: reinventarme.
Con dificultad, alguno de esos productos, en especial los más recientes, hubiese tenido éxito de continuar siendo la persona prepotente, soberbia y que se consideraba poseedora de la verdad absoluta que hasta hace unospocos años era. Lo que más valoran los participantes de mis conferencias, los asistentes a los seminarios o los socios de Invertir Mejor es el nuevo ser humano que parecieran tener al frente.
Un ser humano que sigue teniendo muchos defectos, virtudes por desarrollar y puntos débiles por mejorar; pero un ser humano que también ha sido capaz de agachar la cabeza y pedirle a ese ser superior, Dios, en el que tanto confía, que le ayude a ser mejor en aquello que requiere para cumplir con su propósito de vida.
Y es que para ser sinceros, tú te tienes que preguntar, incluso en este mismo instante que estás leyendo este libro, lo siguiente: ¿siendo como eres lograrás lo que quieres?
En determinado momento de mi vida me hice esa pregunta, y la respuesta ya la intuyes, fue: no. Sentía a gritos que debía mejorar y transformarme en una persona más cercana, humana, amable o empática, como quizás debiera resumirse. Con devoción y tratando de avanzar cada día, me volví un convencido de que solo venciendo esa voz interior que nos limita, la de los miedos, la de evitar riesgos, la del tú no puedes, somos capaces de alcanzar lo imposible.
Una de las ideas más fascinantes que no solo en lo personal sino también en lo financiero he tenido ha sido vencerme día a día a través de la mejora de mis hábitos. Para ser específico, desarrollé dos prácticas de mucha utilidad: la maestría del minuto a minuto y las pequeñas victorias diarias.
a mayor inspiración, mayor creatividad.
Puedes acumular muchos conocimientos y poseer muchas habilidades, pero ten la seguridad de que tales fortalezas palidecen ante la inteligencia emocional que logres desarrollar. Como hagas sentir a la gente será el factor decisivo en el éxito o fracaso que caracterice tu vida. Ten esto presente siempre para lograr mayor inspiración; lo que haces se te devuelve.
Por ello, si quieres cambiar tu mundo exterior y recibir de la vida mejores cosas que las que hoy recibes, deberás cambiar primero tu mundo interior. Esto no se hace de la noche la mañana ni surge por azar; es más bien un juego de voluntades, determinación y propósito de vida. Debo confesar que esta verdad la aprendí más tarde de lo que hubiera querido. Cuando te conviertes en una persona más espiritual, tu inteligencia emocional mejora; cuando hay más amor en tu vida, cuando juzgas menos y toleras más, cuando escuchas más e interrumpes menos, cuando erradicas la palabra odio de tu lenguaje, un ser superior toma nota de ello y derrama sobre ti bendiciones que creías inimaginables.
A ti no te van a recordar por los años que dedicaste a las finanzas o al mercadeo; lo harán por la forma en la que hagas sentir a las demás personas.
Por favor, quiero que seas muy consciente de lo que piensas, de lo que sientes, de tu forma de ver el mundo; ello redundará en lo que se manifieste por medio tuyo, bien sea a través de palabras, gestos, juicios o acciones concretas. Como ya lo dijera Mahatma Gandhi: “La libertad exterior que alcancemos depende del grado de libertad interior que hayamos adquirido.