Estamos Ciegos
Pero…¿por qué estamos ciegos?
Es por esto que estudiar lo colectivo es entender al individuo” Los ejecutivos que mercadean grandes marcas y negocios cuentan con amplia preparación, son suficientemente intuitivos y llenos de talento.
Entonces, ¿por qué se equivocan tanto y son tan ciegos ante las necesidades del consumidor? A través de algunos estudios y análisis que he realizado, y a través de mi práctica en los últimos años, me he dado cuenta de que la gente tiene mucha capacidad de aprender métodos, de aprender diferentes técnicas, y de absorber información y conocimiento a mucha velocidad. Sin embargo, no saben ni pueden desaprender.
APRENDER ES MUY FÁCIL, DESAPRENDER ES MUY DIFÍCIL
Lo que también he visto en la gran mayoría de los mercadólogos es que, cuanto más preparados y formados están, más llenos están también de paradigmas, tabúes y estructuras de pensamiento rígidas, que muchas veces los llevan al fracaso.“La dificultad se basa no en las ideas nuevas, sino en escaparse de las viejas ideas”.
—Guy Kawasaki.
Después de los 30 o 40 años aprender sigue siendo fácil, pero desaprender sí nos cuesta muchísimo. Nos cuesta mucho hacer las cosas de forma diferente, independientemente de que nos sirvan o no.
Para que este método funcione, debes ser capaz de desaprender lo que has aprendido en el pasado, y hacer y ver las cosas de una forma totalmente diferente y con una perspectiva distinta, pues de otra manera no funcionará.
Todos los mercadólogos llevamos años aprendiendo de éxitos y fracasos, cada día que pasa tenemos criterios más completos del consumidor. Pero de un momento a otro perdemos el sentido y la sensibilidad por ellos. No somos conscientes de que ese consumidor es tan cambiante y evoluciona tan constantemente, que muchas veces responde y conecta diferente a esas percepciones y conexiones hacia los productos y servicios.
Aun así descansamos en esa hamaca de conocimiento y de placer donde damos todo por sentado. El tiempo pasa y es normal que los productos y los servicios que eran solicitados antes por el consumidor ya no tengan tanta demanda. Entonces, volvemos a estudiar e investigar. Pero como ya tenemos una idea hecha, preestablecida, de cómo pensaba ese consumidor, entonces, se nos hace difícil asimilar la nueva información. La clave está en desaprender lo vivido y sentido para restablecer el proceso de estudio del consumidor, y hacerlo simultáneamente con nuestra estrategia de innovación o conexión emocional.
“La gente no sabe lo que quiere, hasta que se lo muestras”.
Esta lentitud y falta de innovación en los programas educativos se da mayoritariamente por cuestiones burocráticas, y lentitud de los ministerios o secretarías de educación. También se da porque aún no existe un plan académico que pueda correr a la misma velocidad que el vertiginoso mundo del marketing. Es por esto que muchas veces lo que enseñan en las escuelas es exactamente lo contrario a lo que hacemos en la vida real.
Si existe una carrera compleja, exigente y estresante dentro de los grandes corporativos, definitivamente es la carrera de un mercadólogo, quien no solo tiene una profesión muy compleja, sino un estilo de vida muy peculiar. Su estilo de vida tiene que ser congruente con esa imagen de gurú, sabio, intuitivo y de persona agresiva que debe transformar los productos y además debe saber de todo para llegar a un público enorme.